Oración del enfermo
Oh querido y dulce Niño Jesús:
He aquí un pobre enfermo que, movido por la más viva fe, profundamente invoca tu divina ayuda en favor de su enfermedad.
En Ti pongo toda mi confianza. Sé que tú todo lo puedes y que eres muy misericordioso, la misma misericordia infinita.
Grande pequeñito, por tu virtud divina, por el inmenso amor que tienes a los que sufren, a los afligidos, a todos los necesitados, escúchame, bendíceme, socórreme, consuélame.
Amén.
Tres Gloria al Padre
Oración para pedir la salud de un enfermo
Oh Niño Jesús, dueño de la vida y de la muerte, aunque indigno y pecador, me postro ante Ti para implorar la salud de (se nombra a la persona para quien se pide la gracia), a quien tanto amo.
La persona que te encomiendo sufre mucho, afligida por dolores, y no puede encontrar otra salida más que en tu omnipotencia, en la que pone todas sus esperanzas.
Alivia, oh médico Celeste, sus penas, líbrala de sus sufrimientos y dale perfecta salud, si esto es conforme al querer divino y al verdadero bien de su alma.
Padre nuestro
Ave María
Gloria
Oración al Santo Niño de Praga
Oh Santo Niño Jesús que difundes tus gracias sobre quienes te invocan, vuelve tus ojos a nosotros, postrados delante de tu santa imagen y escucha nuestra oración.
Te encomendamos a todos los necesitados que confían en tu divino corazón. Extiende sobre ellos tu mano omnipotente y socorre sus necesidades. Extiéndela sobre los enfermos para sanarlos y santificar sus penas; sobre los pecadores para atraerlos a la luz de tu gracia; sobre cuantos, oprimidos por el dolor y la miseria, invocan tu amorosa ayuda.
Extiéndela también sobre nosotros para bendecirnos. Concede, oh pequeño Rey, los tesoros de tu misericordia al mundo entero y consérvanos ahora y siempre en la gracia de tu amor. Amén.
Oración del Santo Padre Benedicto XVI al Niño Jesús de Praga
Señor Jesús,
te vemos niño
y creemos que eres el Hijo de Dios,
hecho hombre por obra del Espíritu Santo
en el seno de la Virgen María.
Como en Belén
también nosotros con María, José,
los Ángeles y los pastores
te adoramos y reconocemos
como único Salvador nuestro.
Te hiciste pobre
para hacernos ricos con tu pobreza:
concédenos no olvidarnos nunca
de los pobres ni de ninguna persona que sufra.
Protege a nuestras familias,
bendice a todos los niños del mundo
y haz que reine siempre entre nosotros
el amor que nos has traído
y que hace la vida más feliz.
Concédenos a todos, ¡oh Jesús!,
que reconozcamos la verdad de tu Nacimiento
para que todos sepan
que has venido a traer
a toda la familia humana
la luz, la alegría y la paz.
Tú que eres Dios y vives y reinas con Dios Padre,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.
Amén.
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